jueves, 10 de noviembre de 2011

EVOLUCIÓN DE LA NEVERA

El refrigerador: una historia congelada




Como todos bien sabemos, cada invento u objeto tecnológico que aparece en nuestras vidas, nace de una necesidad y fue esta razón la que trajo en el año 1850 al refrigerador, electrodoméstico más utilizado en el mundo, el cual logra preservar los alimentos, dando gran alivio a nuestra más básica necesidad de alimentación.

La idea de preservar los alimentos no es del año 1850, pues hay registros de una versión primitiva del refrigerador, el cual era un armario aislado en el que había un compartimento superior, donde se ponía nieve, y de ahí el nombre más antiguo, nevera y dicho nombre, viene por los neveros, que son acumulaciones naturales del hielo. No obstante, también hay registros pasados, que señalan que antes del “armario nevera”, las personas refrigeraban sus alimentos a través de cuevas o profundos pozos excavados en el suelo que se llenaban de hielosino en cuevas o profundos pozos excavados en el suelo que se llenaban de hielo.

Más tarde vendrían las primeras neveras domésticas que, efectivamente, no eran otra cosa que arcones o armarios donde se almacenaba el hielo. La parte inferior servía para almacenar los alimentos que requieren frío para su conservación. El hielo se llevaba a las poblaciones desde los picos cercanos que tuvieran nieves permanentes en verano, y si no en primavera, antes de la fusión, en carros aislados con paja, durante las noches, y se guardaba en unos pozos. Cabe señalar también, que esto sólo se daba en las poblaciones que tenían en sus cercanías nieve, pues quienes no tenían dicho privilegio debían conservar sus alimentos, específicamente la carne, a través del proceso de salado.

El gran paso para la invención de los refrigeradores, ocurrió el año 1834. Aquel año el norteamericano, residente en Londres, Jacob Perkins, fabricó por primera vez en la historia el hielo artificial. Cuando sus empleados le presentaron la primera muestra, él se limitó a decir: 'Verdaderamente está muy frío’
El primer aparato moderno que utilizó el invento de Perkins, apareció en 1850. Era un armatoste voluminoso, a modo de armario en cuyo interior se introducía grandes bloques de hielo. Esas cámaras se aislaban con forro de pizarra, y los alimentos se depositaban en compartimentos pequeños, ya que el hielo, junto con el material aislante, ocupaba casi todo el espacio útil. Más que frigoríficos o refrigeradores eran simples neveras que no diferían en mucho de los “armarios de nieve” del siglo XVI.
Hacia 1879 salió al mercado el primer frigorífico doméstico de naturaleza mecánica. Lo inventó y fabricó el alemán Karl van Linde. Empleaba un circuito de amoníaco, y su sistema se accionaba mediante bomba de vapor. De este artefacto se vendieron más de doce mil unidades en 1891, un año después de que el ingeniero Seeger diera al frigorífico su forma externa definitiva.

En 1923, Balzer von Platen y Karl Munters inventaron el frigorífico eléctrico, el modelo Electrolux, cuya patente compró la firma norteamericana Kelvinator, que lo fabricó en serie dos años después.
Pero era un electrodoméstico peligroso debido uso de gases tóxicos como el amoníaco y el ácido sulfúrico. Problema que se superó con el invento del freón, en 1930. Con aquel último toque, el refrigerador adquiría su forma definitiva.

El año 1931 Thomas Midgley descubre el clorofluorocarbono (nombre comercial: Freon o R-12), que por sus propiedades ha sido desde entonces muy empleado en máquinas de enfriamiento como equipos de aire acondicionado y refrigeradores, tanto a escala industrial como doméstica. No obstante, con el paso de los años se demostró que este compuesto químico ha sido uno de los principales causantes de la destrucción de la capa de Ozono, por lo que en 1987 se firma el Protocolo de Montreal para restringir el uso de estos compuestos y se prohíbe la fabricación y uso.

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